
Esa visión no es escencialmente mala, pero si incompleta, pues el Derecho parte, como casi todo en el campo científico, de las reflexiones y cuestionamientos del entorno y las relaciones, y solo después es posible un desarrollo metodológico que valide, regule o refute esas reflexiones. Por ello es importante que cada persona en el ejercicio de sus derechos, tenga presente que no se trata solo de lo que "dice" tal o cual artículo, sino que el texto legal obedece a un razonamiento superior de convivencia que persigue la justicia.
Para nada se pretende que todos sean abogados y capaces de rastrear un principio de ley hasta el mismísimo imperio romano, sino de tener la conciencia de que una norma tiene una razón de ser, la compartamos o no, pues ese nivel de conciencia es lo que permitirá apoyar o criticar cualquier disposición legal con toda la validez que significa ejercitar el pensamiento. Para pensar y discernir bien en materia legal no hay que ser abogado, basta con una buena reflexión.
Para nada se pretende que todos sean abogados y capaces de rastrear un principio de ley hasta el mismísimo imperio romano, sino de tener la conciencia de que una norma tiene una razón de ser, la compartamos o no, pues ese nivel de conciencia es lo que permitirá apoyar o criticar cualquier disposición legal con toda la validez que significa ejercitar el pensamiento. Para pensar y discernir bien en materia legal no hay que ser abogado, basta con una buena reflexión.
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